martes, 7 de julio de 2009

XV

No acostumbro a matar si no hay dinero de por medio, si voy a manchar mis manos con sangre, espero como mínimo que mi bolsillo quede manchado por billetes ensangrentados. Pero ahora, ahora es condenadamente diferente. Nadie se mete con la gente que amo. Está bien, pueden matar a esos dos cabrones que me follo de vez en cuando, eso no es amor, pero matar a mi hermana y a las pequeñas, eso es a lo que me refiero con "condenadamente diferente". Al fin, después de llorar, gritar, escuchar al buen Bob Dylan junto a todas las botellas que mi estado de conciencia pudo llegar a destapar, desperté con una maldita resaca, llamé a los putos cremadores, y los amenacé de muerte si es que llamaban a algún jodido policía por el asunto. Les dije "Directo al fuego maldita sea, eso les hará irse acostumbrando al infierno", la gente como nosotras sólo va a parar al infierno. Tengo un resaca bastante extraña, sé que es sed, pero algo me dice que es La-cabrona-sed-de-la-venganza-mata-putos, sigo emborrachándome, hoy por última vez, al menos hasta que mi resaca-vengativa se acabe.

Ya es un nuevo-puto-día, más bien una nueva puta tarde. No he visto a nadie en dos, es decir vi a los cremadores, y vi al viejo-hecho-mierda de la licorería, y a mis seres queridos hechos jirones, pero me refiero a que no he visto a nadie que me diga algo de quienes fueron los cabrones que lo hicieron. Me levanto del maldito suelo vomitado, me doy una ducha, y me visto. Preparo mi desayuno, Café con leche y azucar, Huevos Fritos, y un poco de pie de limón que había preparado a petición de las pequeñas, alimento a Bigotes, mi gato, mientrás tanto Bob termina de cantar melancólicamente -"...Right now I can't read too good / Don't send me no more letters no / Not unless you mail them / From Desolation Row". - Se termina la canción, se termina el desayuno, se termina la comida de Bigotes, ahora a terminar con esos bastardos.

Me subo a mi Chevy SS, lo enciendo y comienza mi busqueda, todas las busquedas comienzan donde Lou, ese es un buen principio, yo lo considero una perdida de tiempo, las verdaderas busquedas comienzan haciéndoles ojitos a uno que otro cabrón, ese es un poder que tenemos sólo las mujeres. Es el poder de tener a los hombres por los huevos, ellos lo saben, y a veces lo niegan, pero de que los tenemos agarrados, los tenemos agarrados. No me gusta hacerlo, lo considero machista, pero debo ser rápida, más rápida y también más certera que nunca.

Llego a lo de "El Drogadicto". Cuando lo conocí, Frankie se refirió a él como "El Drogadicto", nunca he sabido su nombre, ni tampoco el de su novia, a quien Frankie me presentó como "Tetona-novia-del-Drogadicto". Toco la puerta y sale el yonqui.

-Hola, ¿Qué tal?- le digo con cara de ser La-mujer-más-adorable-del-mundo-la-cual-está-en-busca-de-una-fornicada-casual-con-cualquier-hombre-basura.

-Hola.... ¿Sofía, cierto?... si, me acuerdo de tí, en el departamento de Sujeto-Rata- Saluda el muy imbecil. Por cierto Sujeto-Rata, es otro de los apodos qué Frankie le da a la gente, tampoco nunca supe como se llamaba ese. HIjo de Perra y Frankie lo hicieron papilla.- ¿En qué andas, "Sofi-Pistolas"?, ¿Quieres colocarte un poco?, pero que putos modales tengo, ven pasa, pasa.

- Está bien, gracias - Digo y entro, mi personaje continúa.

- Toma asiento, quieres un trago, o algo tú solo pide, Sofi-Pistolas

El Drogadicto, tenía bastante dinero, él y su novia eran hijos de padres ricachones, quienes los mantenían, con la condición de que estos malditos vagos, no les dieran problemas. El único motivo por el que Frankie aún no los mataba era por el mismo motivo por el que yo también estoy aquí: Información. Pero el muy cabrón sólo habla con Frankie, con los demás nunca suelta nada, es gracias a Dedos de Bala que sigue con vida, una vez Perrojo intento hacerlo hablar cortándole la uretra con un trozo de papel y el Cabrón no dijo absolutamente nada, pero siempre sabe todo, siempre lo sabe, lo que ocurra en esta ciudad este pendejo lo sabe. *Nota (Frankie odia el dinero, y todo lo que rodea al dinero, sobre todo la gente con dinero, de vez en cuando trabaja de sicario pero es para conseguir Tropibailables, o uno que otro Dance in california, Frankie odia robar).

-Mmmm, me tomaría una cerveza...

El cabrón va y vuelve de inmediato con una cerveza, de buena marca, de una jodida-muy-buena-marca. Conversamos una que otra mierda, y me siento a su lado, comienzo a hacerme la impresionada frente a sus historias, de agujas y pastillas. El cabrón cree que me tiene en la bolsa. Después de unas ocho cervezas, finjo estar borracha y caliente, luego de un rato comienzo a follar con él. El maldito, no vale para nada. sigo fingiendo, él está en el septimo cielo. entre gemidos y repiración agitadas le pregunto si ha escuchado algo acerca de la muerte de mi hermana y mis sobrinas, y Pronuncia un nombre, más bien un apodo, pero un maldito nombre al fin y al cabo; y un escondite, más bien un bar, pero un maldito escondite al fin y al cabo. Luego de eso lo noqueo. Lo mataría, pero Frankie me mataría. El Drogadicto es el pase de entrada para toda La-muy-cabrona-alta-sociedad, es el pase de entrada para cometer sus asesinatos y eso todos lo saben.

Robo el dinero para los siguientes seis meses. Y emprendo el viaje al Bar Bolaño. Si buscas matar a alguién, en el proceso siempre entrarás a un bar. Al menos en esta puta ciudad, el bar es el pabellón que conduce al patíbulo. Y eso nos encanta.

Estaciono el SS en una de las esquinas de calle Bolaño y emprendo camino al bar con el mismo nombre que queda a media cuadra.

Al entrar, veo una gran multitud al rededor de una mesa, sobre ella está Lud Big Bang fornícando a una curvilinea camarera, mientrás se bebe una maldita botella de Vodka y amenaza al público con sus manoplas. Típico de Ludovico, en dos horas más se irá al bar de Lou, al despertarse en la acera, emprenderá camino al Bar de Don Casimiro, para luego volver aquí a Bolaño, así se lo pasa el lco de mierda ese, siempre en algún Bar, igual que muchos otros, la vida de ludovico es estar en bares, jugar ajedrez consigo mismo, fornicar y golpear a la gente. Es un buen tipo. Pero yo no veo al mal tipo que ando buscando por ninguna parte.

Voy donde el cantinero y le pregunto por Antonio, un inmigrante ilegal proveniente de Méjico.

No hay comentarios: